Eleazar Pizarro Migueles
Eleazar Pizarro | |
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Datos personales
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Nacimiento | 1855 la Isla, subdelegación de La Isla, departamento de Caupolicán, provincia de Colchagua |
Fallecimiento | 7 de febrero de 1887 (32 años) Popeta, departamento de Caupolicán, provincia histórica de Colchagua |
Padres | Juan Pizarro y Carmen Migueles |
Ocupación | Bandido |
Residencia | Cerros de Popeta |
Eleazar Pizarro Migueles (1855-1887) fue un conocido bandido que pululaba por los cerros de Popeta, en el departamento de Caupolicán.
Biografía
Nació por 1855 en la Isla, subdelegación de La Isla, departamento de Caupolicán, provincia de Colchagua, hijo de Juan Pizarro y Carmen Migueles.[1]
Se dedicó al bandolaje, haciéndose conocido en la zona de Rengo por sus pillerías. Actuaba con varios compañeros. Al menos entre 1881 y 1887 habitaba los cerros de Popeta, siendo perseguido por las policías urbana y rural de Caupolicán durante ese período de tiempo.[2]
El gobernador de Caupolicán, Reynaldo Castro, recibió una carta anónima el 2 de febrero de 1887 anunciándole que el domingo 6 del mismo mes, Eleazar Pizarro y cinco acompañantes saltearían y matarían a Nicanor Romo en su casa habitación en Popeta. Castro avisó a Romo y puso en guardia a las policías, quienes se enfrentaron a balazos con la banda de Pizarro: "bandidos prófugos de la cárcel y que tantos males han estado causando en el departamento por muy largo tiempo intentaban asesinar al honorable vecino don Nicanor Romo".[2]
Según describe el comandante de policía, Adolfo Guzmán, "como a la 1 A. M. [del 7 de febrero de 1887] penetró el bandido Eleazar Pizarro con un otro, Adolfo Valenzuela, al callejón de mi referencia [uno indicado por Nicanor Romo]. A la orden de '¡alto!' dada por una cuadrilla, contestó Pizarro con un disparo de su rifle Winchester, y Valenzuela con uno de su rifle Grass, trabándose en seguida un verdadero combate y dando por resultado la muerte de ambos, con un número de balazos que por ahora ignoro".[2]
Pizarro fue declarado muerto por "heridas a bala" a las 1 de la mañana de aquel 7 de febrero de 1887 en Popeta. Fue sepultado en el cementerio de Rengo.[3] El deceso del delincuente y su acompañante Valenzuela causó gran conmoción en el pueblo. El periódico El Comercio de Rengo comentaba que Pizarro fue "siempre perseguido por ambas policías, y en más de una ocasión había estado a punto de ser traspasado por las balas. Pues ahora no le corrió la suerte de antes".[2]
"... El plan de ataque de ambas policías estaba bien combinado. Quisieron vender caras sus vidas antes de ser burlados por esos monstruos, nacidos en una hora fatal. Los asesinatos, robos y salteos, cesarán desde hoy en adelante".
El Comercio, 12 de febrero de 1887[2]
Referencias
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